Partiendo de una idea original, guión y dirección de la
Archivera Municipal de Águilas, Pepi Navarro Martínez, en colaboración con Luis
Pianelo Melenchón y producción de Libélula Film Studio, el documental nos
cuenta la vida y obra del singular fotógrafo y extraordinario ingeniero Gustavo
Gillman Bovet, poniendo especial énfasis en su relación con el municipio de
Águilas.
Siguiendo el hilo argumental en torno a la fascinante
personalidad y profesionalidad de Gillman, la proyección nos adentra en la
historia visual más antigua del municipio de Águilas, en una época a caballo
entre el Siglo XIX y XX, tan decisiva para su configuración y contextura actual.
Inglés de nacimiento (Londres, 1856), gran parte de su vida
estuvo vinculado a Águilas, lugar donde estableció su residencia junto a su
numerosa familia, y desarrolló la mayor parte de su vida laboral como ingeniero
y director de la compañía ferroviaria, que cubría la línea de Baza a Lorca y
Águilas.
La película dedica un capítulo
especial a su obra más emblemática, el Embarcadero del Hornillo, colosal obra
de ingeniería, monumento tallado al mar en hierro y hormigón, hoy día
convertido en icono distintivo y simbólico del paisaje de Águilas.
Seguir la senda de Gillman, un personaje trascendental en la historia
contemporánea, es seguir la del progreso del municipio aguileño y comarca del
sureste español, al estar directamente relacionado con buena parte de los
acontecimientos que marcaron su desarrollo y prosperidad. La línea ferroviaria
que construyó e impulsó, fue como una cremallera que en el siglo XIX abrió fronteras y mentalidades.
Pero es su faceta de fotógrafo la que más enriquece y visualiza
el contenido del documental, que recoge una retrospectiva inédita de una de las
colecciones de fotografía más importantes (en cantidad y calidad) de temática
industrial, de paisaje y costumbrista de finales de siglo XIX y principios del
XX, donde Águilas pasa a ser la gran protagonista.
Pocas localidades en España cuentan con un patrimonio gráfico
tan valioso como vehículo de transmisión testimonial de su pasado, de sus
gentes, costumbres e idiosincrasia. De las miles y miles de instantáneas que
realizó, Águilas es con más frecuencia el objeto de su objetivo, su fuente de
inspiración.
El valor artístico y etnográfico de las fotografías de
Gustavo Gillman, visualizadas en la gran pantalla, crean un efecto evocador e hipnotizan
al espectador que se siente protagonista de la Historia. Gillman nos abre la
puerta al pasado, en un viaje retrospectivo en el tiempo.
Un fotógrafo interesado por la gente trabajadora y humilde,
campesinos y obreros en sus quehaceres, desconocidos del pueblo llano, que son
entendidos, engrandecidos y dignificados al ser observados con los mismos ojos
de respeto y admiración con que él los viera a través de su cámara.
Será imposible no asombrarse o estremecerse ante fotografías
con tanta sensibilidad, carga informativa, antropológica y cultural,
reveladoras de la trascendencia de lo cotidiano.
Águilas y Gillman. Causal y trascendental convergencia en el
tiempo de dos entidades y dos identidades encontradas.