No hay que arrastrar el pasado ni el ahora; el día que acaba de pasar hay que llevarlo hacia arriba, juntarlo con todo lo demás, sostenerlo. Hay que subir siempre. Eso es el destierro. Una cuesta, aunque sea en el desierto.
María Zambrano Alarcón (Vélez-Málaga, Málaga, 22 de abril de
1904-Madrid, 6 de febrero de 1991) fue una pensadora, filósofa y ensayista
española.2 Hija del también filósofo y pedagogo Blas Zambrano, fue discípula de
Xavier Zubiri y colega de José Ortega y Gasset.3 Su extensa obra, entre el
compromiso cívico y el pensamiento poético, no fue reconocida en España hasta
el último cuarto del siglo XX, tras un largo exilio. Ya anciana, recibió los
dos máximos galardones literarios concedidos en España: el Premio Príncipe de
Asturias en 1981, y el Premio Cervantes en 1988.