Después del verano retomamos el Club de lectura del centro de la mujer. El libro elegido para esta ocasión es "Mi nombre es Ana" de la escritora de Puerto Lumbreras María José Sevilla.
La puesta en común del libro será el lunes 25 de septiembre y contaremos con la presencia de la escritora, ¿qué más se puede pedir?.
Si te gusta la lectura, ampliarás este placer participando de un club con las mismas aficiones. Apúntate, te estamos esperando.
Sinopsis del libro:
Presa de una memoria enferma que la distancia de sus recuerdos más cercanos, Ana narra su vida con el Mayorajo desde que sesenta años atrás la desposara siendo apenas una niña. Ambientada en Puerto Lumbreras (Murcia) a la sombra del tabaco y bajo las órdenes de D. Juan March como epicentro de sus vidas, la historia de Ana y su familia nos acerca a Cartagena, Águilas, Lorca o Madrid durante los años veinte, la Segunda República y la atroz guerra civil.
Una historia de glorias y miserias donde la voz de Ana pone la belleza, el humor y la ternura a una trama familiar que sólo tuvo hueco para lo masculino.
Mª José Sevilla debuta con frescura y acierto en esta novela que rescata del olvido una historia vivida en silencio, y que brilla ahora sostenida por una voz emotiva que hace vibrar al lector desde la primera a la última palabra
María José Sevilla (Puerto Lumbreras, Murcia, 1950.) Mis primeros recuerdos son del Puerto, mi pueblo, y del verano de la tristura, cuando murió mi madre. Yo tenía cuatro años. Su ausencia, temprana e inútil, marca no solo mi infancia sino toda mi historia. A veces me pregunto cómo hubiera sido yo junto a alguien que me quisiera más que a su vida. Posiblemente tendría un carácter dulce, no sería mandona, habría repartido más besos a mi gente, y abrazado a mis hijos hasta el aburrimiento. Hasta ahora no he sabido lo que quería ser de mayor, aunque me he dedicado casi cuarenta años a la docencia, y casi sesenta a leer lo que caía en mis manos.
Lo que más me gusta es investigar en archivos, hacer senderismo y el mar. Adoro a mis nietos y deseo por encima de todo que se sientan queridos. Tengo miedo de perder la memoria como mi abuela Ana, de olvidar a los míos y de no poder escribir más. Porque ahora tengo muy claro lo que quiero hacer durante el resto de mi vida.