No he sido perfecta,
tampoco necesitaba serlo,
sólo necesitaba estar atenta
para aprender lo necesario
y desechar lo que hace daño.
He resurgido más poderosa que el Ave Fénix,
ahora me siento fuerte,
me siento independiente,
me siento una mujer valiente.
Tengo una capacidad enorme de amar,
de salir adelante
y volver a soñar.
En el momento más difícil,
creí que renacer era imposible,
pero, a pesar del negro panorama, no desistí
y hoy he vuelto a vivir.
Me amo y me respeto,
mi tiempo es perfecto,
salgo adelante
porque me acepto.
Soy la mujer que renace
construyendo el más fuerte cimiento,
del más grande amor que nace adentro…
en el templo sagrado del pecho.