Miedo al silencio (Ejemplo de texto del taller)
En todo el género humano,
hallamos personas que tienen miedo al silencio, o eso parece. A algunas
personas les encanta hablar, sólo para oír el sonido de sus propias voces.
Otras hablan porque son tímidas, están inquietas o nerviosas. Algunas de ellas
hablan por inseguridad, y necesitan convencerte de que ellas son las mejores, intentando,
el fondo, convencerse a ellas mismas. Cuando cualquier persona habla sin dejar
que otros hablen, y después no escucha cuando el otro tiene una oportunidad
para responder, el hablante teme el silencio.
El miedo al silencio se da más en
culturas que sienten que las personas deben estar entretenidas, o en culturas
que no consideran que una silenciosa o tranquila reflexión sea una virtud.
Los oyentes astutos captan la
señal de advertencia y se dan cuenta de que perderán energía si se quedan a
escuchar a las personas temerosas que charlan incesantemente. Un buen oyente
escucha lo que una persona está diciendo y no está pensando en qué contestación
debe dar.
Es necesaria una buena cantidad
de energía para estar realmente presente y escuchar con total atención. Estos
oyentes tienen una mente serena y una memoria muy buena porque solamente
escuchan la conversación sin mezclarla con sus propios pensamientos.
Si te sientes molesto al leer
esto, quizá te convendría trabajar las partes de ti que te impiden ser un buen
oyente y superar el miedo al silencio. Todos procurar estar realmente presentes,
oír y recordar lo que nos dicen.