jueves, 6 de julio de 2017

Kavita Parmar por Jaime Villanueva

Un par de vaqueros Levi's 501 gastan 3.781 litros de agua en todo su ciclo de vida, desde la plantación del algodón, pasando por la manufactura hasta el cuidado del consumidor en el hogar y la eliminación final de la prenda. Son datos de la propia marca que se ha propuesto reducir esa cantidad. Para ello, entre otras iniciativas, ha becado a 10 emprendedores del mundo de la moda entre los que ha repartido 350.000 dólares. La idea es que desarrollen proyectos de innovación para ahorrar agua en sus cadenas de producción. Y Kavita Parmar (India, 1972) es una de las seleccionadas. La diseñadora afincada en Madrid es bien conocida en el sector textil por su IOU Project, una plataforma de trazabilidad que permite conocer y comunicarse con los artesanos que han tejido las telas y los que han confeccionado sus diseños. Basta hacer una foto con el móvil para escanear el código QR de la etiqueta y en pantalla aparece toda la información: fotografías, nombres, historias de vida, vídeos y los datos de contacto.

En su tienda en el lujoso barrio de Salamanca de la capital de España, Parmar agarra una camisa masculina de su colección Madrás, ciudad india –actualmente rebautizada como Chennai– donde residen los 253 artesanos que tejen las telas de esta línea, y muestra su herramienta. "Esto sirve para que la gente sepa que hay un ser humano detrás de una prenda", resume. La que tiene en su mano la han fabricado S. Pariamala –tejido en India– y Maurizio –cosido en Italia. "Esto es el futuro, ojalá me copien todos", repite mientras zarandea suavemente su teléfono móvil. El invento y sobre todo el modelo de transparencia en un sector a veces oscuro llevó a la diseñadora a las páginas de periódicos, a las charlas TEDx y a grandes empresas como consultora. Ahora, su manera de trabajar le ha valido una beca de 50.000 dólares de Levi's para investigar e implementar un sistema de ahorro de agua en la fabricación de las telas en India.



Gracias a su proyecto de trazabilidad, los compradores pueden saber quién ha fabricado la prenda en todas sus fases, incluso ponerse en contacto con los artesanos en India.

En la India nació I Owe You Project, que significa 'proyecto te debo una'. "Fue mi pataleta. Quería lanzar un mensaje. Nos debemos los unos a los otros el actuar de la manera correcta", dice. "En otras industrias ha habido disrupciones, pero en la moda no. Y queríamos hacerla". Durante seis meses, la pareja inventó la plataforma de trazabilidad. Una vez diseñada la herramienta, releyó a Ghandi, se aplicó eso de "ser el cambio que quieres ver" y se fue a la India "a por lo mejor": sus telas. Destino: Madrás. "Es un lugar donde hay 2.500 artesanos. Por eso lo elegí, para que nadie pudiera decirme que mi modelo no era escalable".

Lo de otra moda es posible no es su único mensaje. No hace rebajas porque sus prendas (caras) "valen lo que cuestan. Y si alguien no puede permitírselo, le digo que no me compre". Lo que no es sostenible, añade, es adquirir cientos de camisetas de tres euros. "Si no tienes trabajo, cose tu propia ropa o adquiere una prenda al año", sugiere. Tampoco confecciona colecciones cada temporada. "¿Por qué tenemos que reinventarnos cada tres meses?", se queja. Ni mucho menos aprieta los precios de los artesanos. "Hacemos un intercambio honesto. Por ejemplo, el año pasado subió el precio del algodón y a ellos les salía más caro. Tuve que pagar más", asegura. Nunca cancela pedidos de telas porque haya retrasos; al no estar atada a los ritmos de la industria, produce cuando quiere y puede. Y, sobre todo, busca a los mejores socios allí donde estén: un joven de León que ha recuperado la trashumancia le suministra lana de oveja de Merina. En Valencia encontró a quien le consiguió el mejor negro con tintes no contaminantes. En La Rioja, las auténticas alpargatas. Y en India, por supuesto, sus telas de Madrás.

Fuente: El País.