Henrietta nació en Lancaster, Massachusetts, Estados Unidos,
en 1868. Astrónoma americana que descubrió en 1912 la ley que permite
establecer la escala de distancias dentro de nuestra galaxia y fuera de ella,
así como 2.400 nuevas estrellas variables y cuatro supernovas. A Leavitt se
debe el descubrimiento de la relación entre el período y la luminosidad de las
variables Cefeidas: observó que su luminosidad aumentaba con el período de
variación lumínica. Este descubrimiento le permitió calcular con buena
aproximación la distancia de la fuente estelar.
Cuadro de Margarita Cimadevila perteneciente a la colección Ciencia EX AEQUO cuya inspiración es Henrietta Leavitt. |
Se graduó en lo que ahora es el Radcliffe College a los 24
años y comenzó a trabajar como voluntaria al año siguiente en el Observatorio
del Harvard College. Allí un grupo de mujeres, llamadas literalmente
«calculadoras» realizaban tareas relativamente mecánicas, como examinar
meticulosamente placas fotográficas o hacer tediosos cálculos. Dada la época,
este trabajo de astronomía era poco reconocido y valorado, y generalmente eran
los supervisores quienes se llevaban todo el mérito. En este caso, el trabajo
de Leavitt quedó literalmente eclipsado al ser atribuido a sus superiores,
Edward Pickering y especialmente Edwin Hubble.
Los grandes descubrimientos científicos a veces tienen sus
orígenes en el análisis detallado de datos aburridos y repetitivos, y en el
caso de Henrietta Leavitt ciertamente que así fue. En el estudio de todas las
placas fotográficas que analizaba, observó cierto patrón en el comportamiento
de un tipo de estrellas variables llamadas Cefeidas. Leavitt publicó en 1912 un
trabajo original en el que explicaba que según sus datos esas estrellas
palpitaban con un ritmo regular y tenían una mayor luminosidad intrínseca
cuanto más largo era su periodo, lo cual parecía suceder de una forma bastante
predecible. Se titulaba «Periodos de 25 estrellas variables en la pequeña Nube
de Magallanes». Tenía apenas tres páginas e iba firmado por Pickering, aunque
empezaba con la nota «este trabajo ha sido preparado por la Sta. Leavitt».
Un año después se calculó la distancia a algunas Cefeidas
conocidas por otros métodos (como el de la paralaje anual) y se pudieron, de
forma realmente ingeniosa, determinar poco a poco muchas más distancias
relativas y absolutas entre unas y otras estrellas gracias a los patrones
descubiertos por Leavitt. En 1912 se confirmaron todos esos datos. Existía, por
fin, una forma de medir de forma bastante precisa la distancia entre estrellas
muy lejanas. De hecho, en 1918 se calculó el tamaño de la Vía Láctea empleando
estos sistemas.
Hoy en día, esos datos, patrones y formulas relativas a las
Cefeidas se siguen usando para estudiar las distancias relativas entre las
estrellas y otros objetos estelares: datos tan relevantes como el tamaño de nuestra
galaxia, la distancia a estrellas lejanas o el tamaño del universo están todos
ellos basados en los trabajos, observaciones y descubrimientos de Henrietta
Leavitt en los albores del siglo XX.
Durante toda su vida, el título profesional de Leavitt fue
simplemente el de «ayudante» (assistant) y ella misma nunca pidió que la
llamaran de otra forma. Padeció sordera al poco de comenzar su trabajo en el
observatorio, que se acentuaría con los años, de modo que el silencio la
acompañaría el resto de su vida. Murió de cáncer en 1921, a los 53 años. Tal y
como cuenta Lightman, poco antes había dejado un testamento legando todos sus
bienes y posesiones a su madre.