jueves, 21 de agosto de 2014

Rosalind Franklin

Rosalind Franklin nació en Londres el 25 de julio de 1920, la segunda de cinco hijos en una familia judía. Siempre había demostrado una aptitud temprana para las matemáticas y la ciencia y un don para los idiomas. Después de escuchar a Einstein en una de sus conferencias decide graduarse en Químicas por la Universidad de Cambridge. Los años de Universidad de Rosalind Franklin estuvieron marcados por la Segunda Guerra Mundial. Cuando acabó sus estudios pasó tres años muy productivos en París en el Laboratoire de Services Chimiques, donde aprende y desarrolla técnicas tan innovadoras como relevantes para su futuro, entre las que destacan las de difracción de rayos X.


Doble fotografía, a la izquierda con un microscopio y a la derecha posando.


En 1951, regresó a Inglaterra para trabajar como investigadora asociada en el laboratorio de John Randall en el King's College de Londres. Era la gran oportunidad de aplicar sus conocimientos a la biología. Una mujer de personalidad fuerte, mantuvo aquí una relación compleja con Maurice Wilkins, quien había sido el primero en reconocer los ácidos nucleicos y no estaba dispuesto a que ella fuese su competencia. En ese momento se conocía la forma deshidratada de la molécula, la que no sugería una forma helicoidal. Franklin se concentró primero en interpretar los patrones de difracción utilizando las laboriosas fórmulas de Patterson y consiguió sus objetivos: Rosalind Franklin pulverizó los argumentos de todos sus colegas. La cantidad de agua en el modelo no correspondía al de los estudios de difracción. En 1952 consigue con el difractómetro de rayos X, fotografiar la cara B del ADN hidratado, la famosa Foto 51, la columna vertebral del ADN.


Se la doble hélice de la cadena de ADN
Fotografía 51

Maurice Wilkins mostró sin su permiso sus imágenes de difracción de rayos X del ADN a James Watson y Francis Crick. Ninguna otra inspiración fue tan fuerte como ésta para la publicación por ellos, en 1953, de la estructura del ADN, tal como ellos mismos reconocieron. En febrero de 1953, a la edad de 33 años, Rosalind escribió en sus notas de trabajo "la estructura del ADN tiene dos cadenas". Para ese entonces, ella también sabía que la molécula del ADN tiene sus grupos fosfato hacia afuera y que existe en dos formas.

La vida de Rosalind Franklin fue tan corta como protagonista. Siendo mujer, científica y judía, tuvo que soportar el desprecio de otros científicos, ver como su trabajo fue discriminado. Su misógino jefe fue capaz tacharla de «conflictiva» y «poco femenina» pero no dudó un momento en robarle su trabajo sobre el cual orientó y logró armar un informe con la información genética y los resultados de Rosalind.

El espíritu luchador de esta «heroína olvidada» llamada Rosalind Franklin, le permitió seguir investigando y gracias a ello lideró varios trabajos pioneros relacionados con el virus del mosaico de tabaco y el virus de la polio.

Franklin falleció en 1958 en Londres, a los 37 años, a causa de bronconeumonía, carcinomatosis secundaria y cáncer de ovario. Es posible que esta enfermedad fuese causada por las repetidas exposiciones a la radiación durante sus investigaciones.

Su fotografía de difracción de Rayos X (Fotografía 51) proporcionó a Watson y Crick una de las últimas claves que necesitaban para construir el modelo molecular del ADN. Cuando estos, juntamente con Maurice Wilkins recibieron el premio Nobel en 1962, Franklin ya había fallecido, pero en ese momento ninguno de los tres incluyó reconocimiento a su trabajo.

A la izquierda una foto de perfil de Francis Crick, en el centro una foto de James Watson y a la derecha una foto de Maurice Wilkins
Premios Nobel de 1962

Fue el libro de Watson “La doble hélice”, publicado en 1968, el revulsivo para el redescubrimiento de la figura de Rosalind Franklin. En este, a pesar de que reconocía la importancia de Franklin para el descubrimiento de la estructura del ADN, se hacía una descripción tan despectiva de Rosalind Franklin que hizo nacer un fuerte sentimiento reivindicativo de su persona y de su calidad científica entre los que la conocieron.